Según un estudio de The Journal of Religion and Abuse, 1 de cada 3 personas que abandonan una comunidad religiosa experimentan síntomas de trauma religioso.
Hay quienes lo sufren durante años dentro de la iglesia sin encontrar alivio para ese dolor.
Y cuando intentan hablar de su sufrimiento, escuchan:
- “Eso es falta de fe, hermano”.
- “Estás dejando entrar ideas del diablo”.
- “Dios nunca te da una carga que no puedas soportar”.
- “Si te duele, es porque hay un área no entregada a Cristo”.
- “¿Seguro no estás exagerando? A mí me enseñaron eso y no me traumó”.
- “La iglesia no hace daño; son las personas”.
- “Te estás enfocando en lo negativo”.
Las organizaciones religiosas prefieren ignorar el asunto, y si alguna vez lo mencionan, es para criticar a otras denominaciones.
Y, como si eso fuera poco, familiares o amistades, al desconocer el problema, no saben qué decir o hacer.
El resultado es una herida que muchas personas cargan durante años sin saber con certeza cuál es la verdadera causa.
La buena noticia para ti hoy es que aquí en traumareligioso.com vas a descubrir que ese dolor tiene un nombre: Síndrome de Trauma Religioso (STR).
Y este sitio existe para romper ese ciclo vicioso en iglesias que no están dispuestas a reconocer el daño que causan a millones de personas.
Este es un espacio donde el trauma religioso:
- No se justifica.
- No se espiritualiza.
- No se barre bajo la alfombra.
- No se demoniza
- Y se le llama por su nombre.
Porque la sanación comienza cuando alguien te dice: “Sí, entiendo lo que estás pasando. Y no estás loco/a por sentirte así”.
Si eres o fuiste parte de comunidades religiosas dogmáticas, como los Testigos de Jehová, los Adventistas del Séptimo Día, los Mormones, la Ciencia Cristiana o los pentecostales, grupos asociados con altos casos de Síndrome de Trauma Religioso (STR), ¡BIENVENIDO/A! Este es tu espacio.
Explora el blog y encuentra historias que no te juzgarán, sino que te entenderán.